viernes, 24 de diciembre de 2010

Capitulo 4


Hacía poco más de un día que Seoirse no había comido nada. Gracias a dios, todavía conservaba una cantimplora rellena de agua. Como no quería llamar la atención, porque estaba en territorio enemigo, no se había acercado mucho a ningún pueblo, pero si seguía así, sin encontrar nada para cazar, se vería obligada a hacerlo...
Por el momento, no había visto nada que le llamara la atención. En realidad, no sabía muy bien lo que buscaba... Su tío le había dicho que los Volder, una secta del clan Bonovan, estaban tramando algo muy grande, y que a la mínima le enviara una paloma mensajera. Ahora viajaba montada sobre un precioso pura sangre árabe negro, que había cogido a los soldados poco después de su muerte. Enseguida se había encariñado con él. Su tío le decía cuando era pequeña que había que tratar bien a los animales. Aunque a este caballo lo alimentaban, se notaba que no lo trataban muy bien. Ahora mismo estaban las dos descansando : una en los pastos comiendo, la otra en los pastos durmiendo. Hoy habían andado bastantes kilómetros, y estaban las dos agotadas. Seoirse había bautizado a la yegua Kendra.
Al pasar un cuarto de hora, Seoirse se incorporó lentamente y se estiró. Le rugía el estómago.
- Uf... Kendra, ¿ por qué no nos acercamos a un pueblo y buscamos algo de comer ? Que suerte poder comer tan solo hierba...
Dicho y hecho. Se encaminaron hacia el pueblo más cercano, en este caso, la ciudad Eldonmar. Cuando se hallaron a las puertas de la ciudad, un soldado les pidió que se identificaran y que pagaran cinco fenns. Seoirse se los dio rápidamente, y acto seguido avanzó. El interior de la ciudad no era especial : casas de piedra, hostales, bares, y gente transportando carretas llenas de comida, ropa, o otras cosas. En el fondo de la ciudad se podía entrever una iglesia diminuta. Se construyó hace muchos años, pero la iglesia se conservaba perfectamente, debido al fervor con el que la cuidaban los creyentes y los no-creyentes, porque era una iglesia muy querida por los habitantes de Eldonmar. Estaba totalmente construida con ..., y el techo estaba abovedado. Grandes vidrieras decoraban la iglesia, y detrás del edificio estaba escondido un pequeño patio. Seoirse se prometió que iría a visitar la iglesia cuando tuviera más tiempo.
Seoirse no quería quedarse mucho más tiempo, porque la compañía humana no le era agradable (ella era un elfo). Así que en cuanto vio pasar a un mercader, no lo dejó pasar.
- Un pan, dos capas, manzanas y pescado, por favor. - pidió Seoirse.
- ¿ Hace mucho que estáis por aquí ? - preguntó inquisitivamente el mercader.
- Eso no le incumbe. - respondió secamente Seoirse.
- Usted perdone, señorita. Son dieciocho fenns. - respondió el mercader con ironía. Seoirse le pagó y el mercader le lanzó la comida. - Que tenga un buen día.
Por toda respuesta, Seoirse soltó un gruñido.
- Que amable es la gente. - se rió el mercader.

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